(The Wiccan Mystic, por Ben Gruagach, pg 21)
La Wicca es un sistema religioso místico. En su base se encuentra la creencia de que todos y cada uno de nosotros es capaz de experimentar de alguna forma una relación directa con lo divino. Incluso en el énfasis en la magia existe la teoría básica de que para ser eficaz el practicante debe tener algún tipo de conexión con lo Divino. La energía que muchos creen que es la fuerza de trabajo en la magia es a menudo descrita como la energía divina. Para aprovechar la energía divina uno debe tener una conexión con lo Divino.
La espiritualidad wiccana y de hecho la práctica mágica en general, requiere que el practicante desarrolle una conciencia segura de sí mismos, su entorno, y cómo las decisiones están conectadas a las consecuencias. La magia trata acerca de la manipulación de las circunstancias y de tomar decisiones con el fin de lograr resultados concretos. Alcanzando la conciencia del lugar de uno en el universo, expandiéndola más allá de lo mundano, es otra manera de describir lo que otros llaman la iluminación o conciencia cósmica o unidad con lo Divino.
La labor realizada en la práctica de la Wicca no se trata de ser capaces de recitar la lista de las correspondencias, realizar rituales específicos con precisión, o usar la ropa ni las joyas adecuadas. Es un sistema espiritual que se centra en el equilibrio. Aprendemos acerca de nosotros mismos, el mundo que nos rodea, y cómo encajamos en el balance de las cosas. Aprendemos acerca de cómo cada uno de nosotros es un capítulo en el enorme entramado de la vida y cómo cada uno de nosotros -a través de nuestras elecciones- es capaz de hacer una diferencia. Aprendemos a trabajar en armonía con todo lo existente, lo visible y lo invisible, el interno y lo externo. Aprendemos que "como arriba, es abajo" no es sólo una frase bonita, sino también una cristalización de la filosofía mágica y de la comprensión espiritual.
La Wicca posee también autonomía en su base. Incluso en el trabajo en grupo cada participante es responsable de hacer su propio arduo trabajo para ganar la comprensión y buscar un equilibrio adecuado con el fin de ser exitosos. Aprendemos de que en la Wicca, como en muchas tradiciones espirituales, todos los maestros y los libros y las lecciones enseñadas por otros no significan nada si no hacemos nuestro propio trabajo y somos responsables de nuestro propio progreso. Otros no pueden hacer el trabajo por nosotros ni otorgarnos el despertar espiritual como si fuere un alimento. Pueden mostrarnos como hacer las cosas, hablar acerca de las experiencias que han tenido, pero al final nosotros tenemos que tener nuestras propias realizaciones y descubrir y potenciar nuestras relaciones individuales con el Divino y con nuestro ser interior.
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Traducción: Mebahiah
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