(Witchcraft - A Mystery Tradition, de Raven Grimassi, pg140)
Al igual que el día, el año también comienza con el alba, pero en un sentido metafórico. En la Tradición Mistérica de la Brujería el año empieza en la oscuridad de la procreación. Aquí la luz, que reside en los lugares más oscuros, surge en la Diosa Lunar. Es el papel de la Diosa Lunar el de recibir las almas de los muertos hacia sí misma, de modo que a través de ella puedan renacer. Este tema está muy reflejado en la leyenda de la diosa que se impregna con la semilla de la luz y la da a luz al mundo.
Debido a la extrema antigüedad de la tradición de la Brujería, nos encontramos con una mezcla de mitos trayendo elementos de los cazadores-recolectores, junto con aspectos de la sociedad agraria. Aquí nos encontramos con imágenes compuestas del Dios Astado con el Dios Sol y el Señor de la Cosecha. También descubrimos a la Gran Diosa con la Madre Diosa y con la Diosa de la Luna. Estas son las huellas interesantes de los “vestigios a través del tiempo" que confirman la supervivencia de los antiguos temas en la Tradición Mistérica de la Brujería.
Es en la Edad del Bronce cuando empezamos a ver las imágenes compuestas de lo que una vez fueron elementos aislados para nuestros antepasados. Aquí nos encontramos con el antiguo dios-ciervo con cuernos, que se convirtió en el Dios Sol, ahora surgiendo como un dios-toro con cuernos. Al igual que sus predecesores, el dios-toro con cuernos se encuentra con una muerte sacrificial.
En la Tradición Mistérica, la frente del toro a ser sacrificado se adorna con una rosa roja, que significa su muerte y su viaje a los brazos de la Diosa. Su fuerza de vida es devuelta a la diosa con el flujo de sangre que corre en el suelo. Esta es también la imagen de que la Diosa recibe la semilla de la luz en su seno por parte del Dios. Las formas se modifican en el mito con el tiempo, pero la esencia de las enseñanzas mistéricas sigue en pie.
El Dios Astado de la Brujería, como una figura de sacrificio, representa el principio generador de la creación de una figura divina. Aquí no es la Diosa, sino una parte de la Diosa, su consorte. La asociación del Dios como el hijo de la Diosa conserva la idea de que ha nacido de su seno, y por lo tanto, una parte de lo que es la totalidad de la Diosa. Su muerte regresa esa parte al todo, y entonces juntos, la creación es posible de nuevo.
Dentro de la Tradición Mistérica de la Brujería no encontramos ningún mito en los que la Diosa muere. Incluso en los mitos lunares que tienen que ver con la disolución de la luna no hay una asociación con una deidad que muere. El tema esencial es que la Diosa se transforma en diferentes naturalezas (o diosas), pero no perece. Aquí la Diosa, como la fuente de la manifestación, es siempre como una vasija de transformación y de vida. Su ciclo es continuo y de vida sin fin, en comparación con el Dios que debe crecer, decaer y morir.
El Dios está íntimamente conectado a la semilla. El estado de madurez de la semilla en el reino vegetal se inicia con el proceso de muerte de la planta. La planta debe caer y las semillas deben esparcirse. Este es el tema central dentro de los misterios del Dios. El suelo en el que cae es el cuerpo de la propia Diosa. Aquí reside en su vientre hasta que el renacimiento es otorgado, y el Dios y luego surge en la luz y retoma su poder, la luz del sol.
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Traducción: Mebahiah
1 comentario:
Gracias. Hasta ahora no me había dado cuenta que la Diosa jamás moría. La explicación de la relación tierra-semilla de la Diosa y el Dios es bellísima. Gracias por la traducción de éste y de otros textos que he leído en tu blog.
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