viernes, 18 de diciembre de 2009

Ética y poder personal




Holaaaa... sorry por no haber publicado más artículos pero me fue un poco imposible ya que tenía que hacer unos trabajos prácticos y estudiar para la facultad. Por ello, para reinvindicarme, publico 3 artículos ahora, y el fin de semana irán otros cuantos más... (^^,)

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Ética y poder personal

Como puede haber entendido, los practicantes de la wicca son muy independientes. Entonces, no debería sorprenderle que no haya una autoridad centralizada que determine la ética wicca. La ética se refiere esencialmente a principios de buena conducta: normas del comportamiento correcto. La ética o moral de la mayoría de religiones se deriva de la cultura en la que la religión se desarrolló, de las instituciones religiosas (si las hay) que se desarrollaron dentro de la religión, y de los libros sagrados y enseñanzas de la religión. Por ejemplo, el cristianismo tiene sus diez mandamientos, que según la biblia vinieron de dios a la humanidad por vía de Moisés.

Sin embargo, en al wicca, no hay mandatos donde se estipule que “no harás” determinadas cosas. No hay un libro, una figura religiosa o arbusto en llamas que establezca qué es y no es ético, y qué les sucederá si cometen errores. Una de las cosas que otorga poder, y a la vez es aterradora, en la wicca, es que el practicante debe determinar qué ética seguir para sí mismo.

¿Esto significa que la wicca es libre para todos, donde las personas hacen lo que quieren, cuando quieren y con quien quieren, sin consecuencias o restricciones? ¿Significa que no hay pautas éticas? No, y la siguiente sección trata todo esto.


La rede wicca

Aunque no hay nadie que les diga lo que deben hacer, muchos de sus practicantes siguen un principio de ética llamado rede wicca, que estipula: “haz lo que quieras mientras no hagas daño a nadie”. Esta es como una “regla de oro” wicca.

A primera vista, la rede parece decir, “haz lo que quieras, pero no hagas daño a nadie”. Esto es magnífico, en principio; piense antes de actuar: no embruje a ese molesto vendedor que lo llama por teléfono, y trate de andar en este mundo haciendo el menor daño posible. Muchas personas que interpretan la rede de esa forma se estancan en la palabra “daño”. Visite los archivos de cualquier lista de correos electrónicos wicca y encontrará una discusión de la rede donde los participantes llevan el significado de esa palabra al extremo, intentando definir con exactitud lo que constituye el daño. Esta conversación suele llegar a lugares ridículos: “¿Hice daño a alguien cuando conseguí mi nuevo empleo porque esto significó que él o ella no lo consiguió?” “¿Perjudiqué a mi amiga cuando no le comenté sobre la venta con cincuenta por ciento de descuento en Victoria’s Secret?” “¿Hice daño cuando aplasté esa araña grande en mi bañera?”

Aunque este puede ser un interesante ejercicio filosófico, no viene al caso, después de todo, si queremos llegar hasta ese punto, todo, por su mera existencia, perjudica a algo más. Tratar de no hacer daño a nada hasta el punto de ascetismo –abnegación como una medida de la espiritualidad-, anula la esencia de la wicca, que celebra la vida en lugar de tratar de controlarla. En realidad, “no hacer daño a nadie” también significa que tampoco debe perjudicarse a sí mismo, e imponer esta rígida moralidad en su vida difícilmente es algo sano. Si no hace daño a nadie, pero tampoco vive su vida, todavía no está cumpliendo la rede. La buena notica es que la parte importante de la rede –el verdadero poder- no es la palabra “daño”; es la palabra “voluntad”.


El “deseo” y la “voluntad”

Su “deseo” es, naturalmente, lo que quiere. Quiere un auto nuevo, una cita con Cameron Díaz o un tarro de crema de helado de Ben and Jerry’s. El deseo tiene que ver con cosas terrenales, triviales e importantes. Sin embargo, su voluntad es la fuerza que lo impulsa a su objetivo espiritual último, y trasciende el deseo. Es a lo que Joseph Campbell se refiere cuando dice, “sigue tu felicidad”. La “felicidad” de Campbell es el conocimiento interior que nos coloca en el camino de la vida que nos conducirá a nuestro mayor propósito mundano y espiritual. En la versión impresa de The Power of Myth, él dice:

Si sigue su felicidad, se ubica en un camino que ha estado ahí todo el tiempo, esperándolo, y la vida que debería vivir es la que está viviendo. Cuando ve eso, empieza a conocer personas que están en el campo de la felicidad, y ellas le abren las puertas. Por lo tanto yo digo, siga su felicidad y no tenga miedo, y se abrirán puertas donde no sabía que se encontraban. (1)

Lo mismo podría decirse cuando se trata de seguir o hacer su voluntad. Como puede ver, es mucho más importante que “haz lo que quieras”.

La rede, con su énfasis en la voluntad, lo reta a actuar de acuerdo a su mayor propósito, a infundir su espiritualidad, la que sea, durante toda su vida. Le dice que actúe desde ese lugar espiritual cuando tome decisiones. Cuando actúa de acuerdo con su voluntad, está en armonía con la divinidad. El enfoque de la rede en realidad está en usted, su vida y sus deseos, no en alguien a quien perjudique o no con sus acciones. Todo esto tiene que ver con la responsabilidad personal, y el conocimiento de sí mismo, lo cual es atemorizante pero liberador porque usted es responsable de sí mismo. La rede tiene que ver con la ética y el poder personal.

La ley de tres

Debido a que no hay policía de moralidad en la wicca, no hay nadie que determine si sus practicantes han hecho algo bueno o incorrecto, y no hay un lugar cósmico a donde serán enviados si se han portado mal. Sin embargo, esto no significa que estén libres de culpa.

Muchos wicca creen en la “ley de tres”, la cual dice esencialmente que lo que haga en el mundo regresará a usted tres veces. Al igual que con la palabra “daño” en la rede, podría estancarse en el uso de las palabras “tres veces” y discutir si sus actos se devuelven tres veces separadas, o una vez tres veces más fuerte, pero ese no es el punto. La idea es simplemente “semejante atrae semejante”. Si manifiesta energía positiva en el universo, viviendo por su propio esquema de ética, tratando de hacer el “bien” para sí mismo y otros, es probable que reciba a cambio ese tipo de energía. Si manifiesta energía negativa, recibirá lo misma a cambio. La diferencia es que cuando las cosas buenas regresan, hacen que su vida fluya armoniosamente, y cuando las cosas negativas regresan, tienden a venir lenta e inadvertidamente y lo golpean fuertemente en la cabeza.

Esto no quiere decir que hay un banco de energía cósmica en el que deposita actos buenos y malos, y alguien lleva registros para asegurar que sus retiros reflejen lo que consignó. El universo no funciona de esa forma, no hay controladores, así que no tome la ley literalmente ni espere una recompensa o un golpe inmediato de la cabeza por sus acciones. Tampoco tiene control de cómo regresa a usted. Cederle el paso a alguien en una autopista atestada no significa que esa persona hará lo mismo por usted posteriormente.


La rede y la ley de tres juntas

Al juntar la ley y la rede, verá que si actúa con la verdadera voluntad, si está en sincronía con el universo y lo divino, la energía positiva que genera se extiende y afecta todo lo que lo rodea, y es un faro para que otra energía positiva llegue a usted. Este es el lugar que los practicantes tratan de alcanzar.

Asumir la responsabilidad persona es una parte importante de la práctica wicca. Si los practicantes que se adhieren a la rede y a ley actúan erróneamente, o hacen algo reprochable a alguien, saben que atraerán esa energía a su debido momento y lugar. Además, cuando se hiere a otros, también se está hiriendo a sí mismo, incluso si sólo es indirectamente a través de la energía negativa que atraerá. Hacer daño a otras personas lo marca, y la a firma energética se pega a usted como un tatuaje. Incluso sabiendo esto, a veces los wicca corren el riesgo y deciden hacer algo “dudoso” éticamente porque creen que al final es para el mayor bien. En ese caso, asumen la responsabilidad de los resultados, y saben que lo que reciben, positivo o negativo, es parcialmente su propia acción, lo importante es que son los árbitros de su propia ética, tienen la responsabilidad y el poder de elegir sus acciones basados en sus ideales, en lugar de reglas impuestas por alguien más. Esto puede ser algo difícil, pero como dije antes, la wicca no se trata de estar bien todo el tiempo, tiene que ver con dirigir el curso de su propia vida, y eso puede poner lo en terreno inestable de tiempo en tiempo.



(1) Joseph Campbell, The Power of Myth (New York: Doubleday, 1988), p.120.

Artículos tomados del libro “Wicca, filosofía y práctica de la magia luminosa” de Thea Sabin, pág. 36-41

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